Es lo que se estima a partir de los últimos acontecimientos. Por lo pronto, hay que aguardar que la naturaleza concluya su tarea y la ruta termine de caer. Analizan si habrá efectos en el cerro y afirman que las marejadas de la semana pasada fueron el principal disparador de la catástrofe.
A las 9 de la mañana de este miércoles 30 de agosto de 2023 comenzó el hundimiento de la ruta en el kilómetro 1830, en el mismo lugar en que lo hizo el domingo 12 de febrero de 1995, hace 28 años y medio.

Ahora la preocupación es que el colapso no se prolongue hacia el cerro, aguardar y mantener el monitoreo el resto del día. Luego se adoptarán las decisiones del caso, que están relacionadas con el viaje del intendente Juan Pablo Luque a Buenos Aires.

La grieta es pronunciada en estos momentos. Era de 30 metros a las 13 y el panorama se presentaba desolador: la bicisenda cayó dentro del pozo, al igual que las luminarias que previamente habían sido intervenidas por el personal de la SCPL para desconectarles la electricidad.

Además, cayeron las barandas, bancos y mesas de cemento y aparatos para realizar ejercicios que durante años eran parte del paisaje. Los testigos que estaban cuando la ruta finalmente se hundió contaron que primero se escucharon los sonidos de los guardarail que caían y de los tornillos que se desprendían.

“Hay que esperar que continúe la caída; que vaya hacia la zona del mar, cuidando la zona del Chenque. La reconstrucción demandará al menos 40 días. Primero tendremos que hacer una evaluación; hay que dejar que la zona continúe colapsando. La segunda grieta se podría mover en las próximas horas y trasladarse al otro sector. Es que aparecieron nuevas grietas y lentamente se amplían las separaciones. Este bloque también se mueve, aunque lentamente, pero desde la mañana está en actividad. Es cuestión de esperar. Ahora viene el monitoreo, paciencia y esperar que se estabilice. Ayer se movió 8 centímetros; hoy 11 y colapsó”, sostuvo el geólogo Daniel González, subsecretario de Ambiente de la municipalidad.

El funcionario agregó que “en 1995 bajó 5 metros y se desplazó 20 metros hacia el mar. Ahora desde el sector tendremos un metro y en el otro sector 2 metros. El disparador de esto fue la marejada que se llevó mucha tierra y el nivel freático que está muy alto. Es agua subterránea natural que aflora”.

En este contexto, para la madrugada de este jueves están anunciadas nuevas mareas que alcanzarían un metro más que la del 20 de agosto, que fue la que destruyó la protección de la obra del camino ARA San Juan y que también incidió en la defensa costera de la ruta 3 que acaba de ceder.