El dólar blue llegó a un nivel simbólico clave ese viernes 12 de julio, al tocar por primera vez los $1.500, un nuevo récord nominal histórico, según un relevamiento de Ámbito en las cuevas de la city.

El tipo de cambio informal trepó $35 este viernes y acumuló en la semana un alza de $80 (+5,6%). Se trató de la noveda suba semanal consecutiva. Los dólares financieros, escalaron, pero aún siguen de atrás al blue.

Por ahora, sin embargo, el tipo de cambio más caro es el dólar tarjeta que se ubicó en torno a $1.504, pero el blue le pisó los talones. Apenas $4 de ventaja le sacó, o sea, que cerraron casi iguales.

Así, la brecha con el dólar oficial se posicionó en 62,8%, nivel máximo desde la devaluación implementada en diciembre por el Gobierno de Javier Milei.

Recordemos que en junio el blue saltó $140 (+11,4%) y, en mayo, este tipo de cambio ya había trepado $185 (+17,8%), luego de tres meses con leves oscilaciones.

Dólar blue a $1.500: qué señales necesita el mercado para detener la escalada

Para frenar la acelerada dinámica alcista del dólar en las plazas financieras e informales, el mercado aguarda por señales oficiales vinculadas, fundamentalmente, con la llegada de dólares frescos, más allá de que valora las bondades del nuevo esquema monetario, que busca a terminar con la emisión endógena.

«El Gobierno está apuntando a frenar la suba del dólar, sacando pesos de la calle. Por eso, una de las acciones a ejecutar, que se están negociando con los bancos, es eliminar los put (seguro de la deuda en pesos). Pero esta medida, puede demorar varios meses en ver esos resultados», señaló a Ámbito Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance.

Por ende, para el especialista, la vía para frenar la escalada del blue es con dólares frescos o con una proyección de dólares en el futuro. «El Gobierno está agilizando las reglamentaciones para que la ley del blanqueo salga lo antes posible, ya que la fecha límite para pagar el primer impuesto del 5% es el 30 de septiembre. Además, acelerar la implementación para el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para que de corto plazo puedan salir operativamente a recaudar los dólares que necesitan», remarcó Lazatti. Otra manera es que un institucional, como pueden ser el FMI, Banco Mundial o Tesoro Americano, presten al país los dólares necesarios para calmar las aguas y salir del cepo, añadió.

Por su parte, el economista Gustavo Ber afirmó a este medio que «más allá de que los inversores esperan una mayor claridad sobre la estrategia para la salida del cepo, creo que como complemento el Banco Central podría evaluar subir las tasas». «De llegar señales que despejen la incertidumbre, podría haber espacio para que afloje algo luego del acelerado reacomodamiento reciente», agregó.

Para el asesor financiero, Federico Domínguez, «intervenir en los dólares paralelos sería una mala señal. Quemar dólares en Argentina nunca ha sido una buena estrategia; genera miedo en el mercado». Según su punto de vista, «el dólar tiene un techo por la no emisión y el ancla fiscal».

Lo que sucede por estos días es que el mercado especula con una salida del cepo a un tipo de cambio más cercano a los dólares paralelos, que al oficial, y eso recalienta las expectativas de devaluación. Pero Domínguez, no cree que eso suceda, «porque podría implicar un salto de la inflación». «La estrategia que busca el Gobierno es de convergencia, mantener el crawling peg hasta que pueda levantar el cepo y pasar a un nuevo esquema monetario que probablemente implique una convertibilidad. Si entran dólares del FMI y multilaterales, los tiempos se aceleran», consideró.

Probablemente, el Gobierno «apunte a septiembre, a poder cerrar un acuerdo con el FMI y liberar el cepo junto con la baja del impuesto PAIS y el ingreso de dólares por el blanqueo», remató el asesor financiero.